Hola Comunidad!
Como dice el título, ¡por fin ya tenemos nuestra luna de miel! Me hace mucha ilusión contároslo por la odisea que ha sido el proceso. Porque con la tontería de que hoy en día elegir destino es como jugar a hundir la flota (nunca sabes si el que quieres lo vas a pillar abierto para tu fechas o no), nos ha costado lo nuestro.
Inicialmente queríamos combinar Japón y Bali, y aunque hemos estado esperando meses para ver si había suerte, nada. Japón ni está ni se le espera e Indonesia parece que abre, pero con mil requerimientos y cuarentenas y ya a estas alturas de la película, casi preferimos irnos a algo más seguro (no seguro covid, sino seguro de que podremos ir sin preocuparnos con si terminan de abrir o si se quedan a medio gas)
Con lo que tardamos en ponernos de acuerdo la primera vez, ha tocado volver a sentarse a ver qué destinos quedan y qué nos gusta. Yo soy un culo inquieto que le encanta patear todo lo pateable, pero me aburren soberanamente los destinos de playa y los resorts. A mi novio en cambio le gusta el concepto de ir a relajarse y no hacer nada, pero por ejemplo, descarta América, no le gusta como destino de luna de miel. Vamos, que con el panorama actual, fácil y sencillo ponerse de acuerdo. Si esto es para un viaje, el día que nos toque ponerle nombre al niño lo llevamos claro.
Finalmente, tras dudar entre las dos finalistas, Sudáfrica y Sri Lanka, nos vamos a Asia de nuevo, como en el plan original. Nos iremos dos semanitas a patear Sri Lanka, primero al centro de la isla al llamado triángulo de la cultura, lleno de ruinas de antiguas civilizaciones singalesas, templos budistas y mucho mono. Por lo que he visto, será como estar en el libro de la selva. Después nos vamos a lo que llaman allí las 'high lands', un territorio más elevado que por su temperatura fresca fue el favorito por los británicos para asentarse (Sri Lanka fue colonia británica hasta 1948), por lo que pasear por allí es como estar por la campiña británica del siglo XIX. De hecho, una de las mayores atracciones que tiene es ir a tomar el té, que parece que es uno de los mejores del mundo. Confieso que no me gusta el té precisamente, pero que si viene acompañado de sandwichitos, tartas y scones, pues oye, una se toma lo que haga falta. A continuación nos iremos al sur de la isla de safari, no sin antes pasar por el famoso puente de nueve arcos con su trenecito de época (seguro que alguna ha visto la foto de dicho tren sobre el puente con la influencer de turno besando al maromo y haciendo malabares para no matarse precipicio 'p'abajo'. Yo de la foto postu paso, que no pretendo quedarme viuda antes de tiempo). Y ya por último, pasaremos por Galle, una antigua ciudad colonial que me recuerda mucho a Cartagena de Indias, ciudad de la que estoy enamorada.
Tras esta paliza de viaje (porque por muy de ensueño que sea, soy consciente de que acaberemos reventados) nos vamos una última semana a las Maldivas. No me apasiona realmente, pero tuve que ceder para poder hacer la primera parte del viaje, que es mi favorita, a mi gusto. Aunque realmente diré que no me apasionaba, porque desde que he cotilleado el hotel y habitación elegido por mi novio, algo de gusanillo me ha entrado, y eso que juraba que Maldivas no era para mí. Nos vamos a The Residence Falhumaafhusi siete noches a una villa sobre el agua con piscina privada. Que sobre el papel suena perfecto, pero después de ver todo lo que se puede hacer, nadar (y comer, que a lo tonto tienen como cinco restaurantes diferentes, todos incluídos en el paquete) allí, me sé de una que va a ir a la habitación a dormir y poco más.
La verdad, con todo ya confirmado y siendo un quebradero de cabeza menos, no veo el momento de que llegue. La agencia con quién lo hemos contratado es Indika Viajes, está especializada en viajes únicamente en Asia y lo que más nos gustó de ellos y que los diferenció del resto de agencias que consultamos fue que se notaba que sabían lo que te estaban vendiendo y qué ofrece el país, no porque vivan de ello (que también) sino porque viajan allí con regularidad y se nota. Además de que el viaje es totalmente personalizado y han tenido una paciencia infinita conmigo añadiendo días y cambiando el itinerario cada dos por tres hasta que encontré el definitivo. Cuando volvamos del viaje haré una reseña suya más detallada y precisa, pero por el momento, me parece una empresa muy buena y fiable.
Gracias por leerme, si alguien viaja también a estos destinos y quiere preguntarme algo, ¡encantada! No soy experta ni mucho menos, pero creo que tengo ya a Google quemado de tanto buscar información de ambos destinos.