¡Hola a tod@s!
Mi pareja y yo nos tendríamos que haber casado en junio, pero tuvimos que aplazar la boda a agosto del año que viene, 2021.
Después de meses habiéndolo pasado realmente mal y de haber acabado con la ilusión por los suelos, quiero compartir lo que, personalmente, me está enseñando todo lo que está pasando.
Hace unas semanas, cuando empecé a pensar en la boda de nuevo, que me invadieron dudas como las que veo que estáis teniendo muchas por aquí: ¿Sómo podré casarme el año que viene? ¿Serán mejores las bodas en 2022? ¿En 2023? y, sorprendentemente, no tardé en responder a mis preguntas y tuve una sensación de alivio que hacía mucho que no sentía en relación al tema de nuestra boda.
Sin pensarlo mucho y teniendo muy presente todo lo que está pasando, llegué a la conclusión de que no podía seguir perdiendo el tiempo. He aprendido durante estos meses lo importante que es el tiempo y lo mucho que se gana aprovechándolo.
Estos meses hemos estado separados de nuestras familias, hemos perdido trabajos, hemos perdido a seres queridos...creo que ya hemos perdido suficiente.
El año pasado, se casó una de mis mejores amigas y hace poco me comentaba que antes de casarse valoraron si casarse en 2019 0 2020. Tuvieron muchas dudas, pero finalmente decidieron hacerlo en 2019. Si no lo hubieran hecho, este año no podrían haberse casado. De estas cosas hay miles porque básicamente no sabemos lo que va a pasar mañana. A veces, pensamos demasiado con la cabeza y demasiado poco con el corazón.
Esta vez ha sido una Pandemia pero, ¿Y si otra vez es otra cosa?
Nunca sabes lo que puede pasar y creo que, mientras las circunstancias lo permitan, debemos intentar aprovechar el presente y adaptarnos a lo que venga. Creo que debemos aprender a valorar lo realmente importante de esta vida.
Lo importante para mí es dar el "sí quiero" a la persona que más quiero de mi vida rodeada de la gente que quiero y que ahora está con nosotros. El "¿cómo?" me da igual, porque son extras.
Por poner un ejemplo, mi pareja tiene la gran suerte de tener a 3 de sus 4 abuelos, vivos. Yo, sin embargo, sólo tengo uno. Hubiese dado lo que fuera para que me acompañaran todos en nuestro gran día. ¿Qué hacemos?, ¿Seguimos esperando años para que llegue la boda que consideramos que es "perfecta"? ¿Arriesgándonos a que vayan pasando otras cosas por el camino? nosotros hemos decidido que no.
Si lo peor que nos tiene que pasar es que tengamos que casarnos en 2021 con mascarillas, pues serán totalmente bienvenidas. Porque una boda va muchísimo, pero muchísimo, más allá de eso.
He aprendido a no dejar para mañana lo que pueda hacer hoy, y desde entonces, soy mucho más feliz y me siento mucho más tranquila.
Sé que nuestra boda llegará y será igual de bonita que lo que teníamos en nuestra mente.
Recordad: "No importa el cómo, sino con quién".